miércoles, 20 de junio de 2012

MUCHAS Y BUENAS CRITICAS

“… con una puesta sencilla, pero no por eso falta de elaboración y originalidad… Monoparental es un texto que atenta desde sus líneas directamente contra el término obsoleto y cerrado que la iglesia católica le confiere al matrimonio y a la familia, mostrándolo real y; sobre todo; humano” Leandro Ibáñez – Suple SOY – PAGINA/12

Monoparental, una pieza en donde se indaga con altura sobre el concepto de familia. (…) El gran acierto de la obra está en enfrentar a estos seres a conflictos internos y externos. (…) Es necesario aclarar que no existiría tal choque sin una correcta dirección y un gran trabajo actoral. (…) Sobre la base de un problema actual, Monoparental nos obliga a reflexionar cuál es principio que estructura a una familia. Gonzalo Marina – ESPECTÁCULOS DE ACÁ

Una tragicomedia costumbrista, planteada desde lo grotesco, con lo mejor y lo peor que tenemos los argentinos. Una mirada crítica interesante de los vínculos en los tiempos que corren, con actuaciones divertidas, que en algún momento hará sentir identificado al espectador. Pablito Lancone - ESCENARIOS NACIONALES  

(Monoparental) …sacude la estantería de todo aquello que hoy todavía intenta entrar – con calzador – dentro de la categoría de “familia tipo” – REVISTA DEBATE

Lo que me deja esta hora y pico de personajes extravagantes es que a la hora de relacionarnos, poco importa si somos padre e hija, novio y novio, hermanos de sangre, tío y sobrinos. Lo que prevalece, es el vínculo. - Tamara Dawidowicz - VIENDOTEATRO -

Trabajado desde el grotesco, Monoparental logra llevar a escena exitosamente un libreto complejo: en un espacio reducido (el living de la casa) el espacio no visto es tanto o más importante que el mostrado. Las relaciones con el afuera siempre son conciliadoras por parte de los integrantes de este grupo, aunque quede claro que esta actitud no es recíproca. El afuera es un lugar donde el Estado quiere desmembrar a esta familia y donde la Iglesia no concibe el amor en todas sus forma... paradójicamente puesto que se supone que son las dos instituciones que se adjudican la defensa de la noción de Familia. - Por Rocío Mariel González - EL AURA CULTURAL

…hay que destacar la labor de Pablo Mingrino, como el abuelo y Esteban Ciarlo como el tío y la participación de los niños Lucía Marshall y Luciano Robba que brindan frescura y vitalidad… - Gastón Olivera - Revista VEA MÁS

La obra gana en las escenas simultáneas, cuando el mecanismo familiar se manifiesta en escenas de la vida cotidiana, plasmando  distintos focos de atención. El espectador  puede verse representado en la trivialidad del hogar  a través de situaciones que permiten construirla como referente y es ahí donde se produce el humor y la comicidad. - Roció Villar SHOW ON LINE



VAMOS O NO VAMOS A LA CANCHA!! Video


sábado, 9 de junio de 2012

NOVÍSIMA CRÍTICA DEL ESPECTÁCULO!!! Y creo que es la mejor de todas... ¿O no?



Cada familia es un mundo
Los vínculos en la actualidad parecen no tener límite. Las ciudades, los medios de comunicación, la tecnología nos permiten mantener y formar nuevos contactos. Para sostener esta abundancia de relaciones recurrimos a las clasificaciones. Así tenemos amistades de la infancia, conocidos del trabajo, gente que nunca vimos pero con la que chateamos constantemente, etc.
En este contexto parece inevitable que la familia padezca una desmembración. Como un reflejo de nuestro tiempo, Gabriel Virtuoso escribe, dirige y actúa la obra Monoparental, una pieza en donde se indaga con altura sobre el concepto de familia.
Sería injusto decir que hay un solo protagonista en escena. Todos los integrantes de esta curiosa familia poseen conflictos y personalidades lo suficientemente fuertes como para destacarse; pero gracias a su interacción se resaltan con éxito los intereses de cada uno. Tal es el caso de Julio o Toti (Virtuoso). Después de abandonar la medicina, este padre de familia intenta concretar su sueño de ser actor. La realidad no es benévola con él ya que sólo consigue animar fiestas infantiles. En el camino sabe que puede sacrificar algo más que el dinero: la tenencia de sus hijos. Quien le advierte de esta posibilidad es su divertido y sofisticado ex cuñado (Esteban Ciarlo). Carito (Gabriela Villalonga), su nueva esposa, lo alienta. Pero cuando decide ir en contra de la ley de matrimonio igualitario, comienzan los roces.
A este cuadro deben sumarse los hijos. Por un lado está Poly (Alejandro Villalba), hijo natural de Toti pero, paradójicamente, opuesto en todo sentido. La parafernalia, los  vaivenes y la pasión del padre no se ven reflejados en este hijo introspectivo, dark y conciliador. El delicado Luis (Fabio Golpe) y la temperamental Coqui (Ayelén Brola), que ya es mamá, son los hijos adoptados de Carito. Por su parte, Toti y Carito adoptaron dos niños (Lucía Marshall y Luciano Robba). Todos ellos tienen un abuelo malhablado (Pablo Mingrino), pero en realidad no es su abuelo. Este entramado familiar obliga a los personajes a una aclaración constante del parentesco, o como dice Coqui cuando se refiere a Julio: es mi papá básicamente.
El gran acierto de la obra está en enfrentar a estos seres a conflictos internos y externos. Por un lado, el abuelo se debate entre dejar los hábitos o formar una familia; lo mismo Roberto (Emmanuel Gardiner), quien oculta su ‘cariño’ a Luis detrás del fútbol. Es necesario aclarar que no existiría tal choque sin una correcta dirección y un gran trabajo actoral.
Uno de los personajes acierta en que todo parece un sainete melodramático. Se palpita en la obra un intento por reflejar las costumbres populares, los diálogos vivaces y contagiar un humor, por momentos absurdo, otras veces clásico e incluso vulgar. Sin embargo, hay dos momentos imperdibles que nos alejan de la estética realista.
La escenografía, a cargo de Laura Cardozo, tiene roles múltiples. En un primer momento las puertas por donde entran y salen los personajes nos remiten a una típica casa de clase media baja. Sin embargo, lo que prevalece es un aire infantil. Como si estuviéramos en una casa de muñecas, las paredes lucen acartonadas, una cortina de ducha nos separa del baño, hay un castillo armado con grandes bloques de colores y, sobre el fondo, un mural con muñecos colgando. Nuevamente, las primeras impresiones engañan. Con el transcurrir de la obra notamos que los dibujos y los juguetes representan a los personajes y a sus espacios.
Sobre la base de un problema actual, Monoparental nos obliga a reflexionar cuál es principio que estructura a una familia. ¿Son los lazos de sangre o las costumbres? ¿Es la ley quien tiene la última palabra o puede prevalecer el afecto entre sus miembros? ¿Es posible clasificar a una familia igual que antes? Las voces en off de unos niños armando una lista de animales (entre ellos, el hombre) nos dan la pauta de lo difícil y, por momentos, lo inútil que es intentarlo.
Lejos de proponer una mirada, la obra le otorga un prisma de posibilidades al espectador para que elija a su antojo. Podemos afianzar nuestras creencias como Carito, debatirnos entre perseguir lo práctico o un sueño como Toti, tener la posibilidad o rehusarse a formar una familia como Poly; o simplemente seguir la corriente del tiempo, como cuando éramos niños, cuando todo nos hacía brotar una sonrisa y la vida parecía más sencilla.

lunes, 4 de junio de 2012

Otra hermosa crítica nos hace ver felices!!!

Monoparental

Un padre médico (Gabriel Virtuoso) que se cansó de la profesión y ahora se dedica a la animación de fiestas infantiles. Una madre barbuda (Gabriela Villalonga) fanáticamente religiosa. El hijo de él de su primer matrimonio (Alejandro Villalba), y los hijos de ella  (Ayelén Brola y Fabio Golpe) de su vida anterior. Los niños adoptados por ambos (Lucía Marshall y Luciano Robba), un abuelo cura (Pablo Mingrino) que quiere largar los hábitos para enamorarse, el cuñado (Esteban Ciarlo) y el amigo del hijo de la madre (Emmanuel Gardiner). Los tuyos, los míos, los nuestros.
Así “Monoparental” se presenta e interroga sobre cómo es la “familia tipo” hoy. ¿Cuánto de femenino o masculino tienen en estas un padre o una madre? ¿Cómo se construye el concepto de hogar cuando se corren estos roles?
El devenir de los días de estas personas será reflejo de cualquier casa del país en estas últimas décadas. Una obra escrita y dirigida por Gabriel Virtuoso, nacida a partir de diferentes fundamentos filosóficos de Michael Foucault y Gilles Deleuze. Premisas ellas que buscan indagar, con un entretenido humor, el funcionamiento de las clasificaciones culturales.
Una tragicomedia costumbrista, planteada desde lo grotesco, con lo mejor y lo peor que tenemos los argentinos. Una mirada crítica interesante de los vínculos en los tiempos que corren, con actuaciones divertidas, que en algún momento hará sentir identificado al espectador.   
Una obra que deja cosas latentes cuando se prende la luz y finalizan los aplausos, con quizá la pregunta que se repitan muchos: ¿Desde qué orden, género, familia y especie construimos nuestros afectos parentales?


Ficha técnica:
Actores: Gabriela Villalonga, Gabriel Virtuoso, Pablo Mingrino, Esteban Ciarlo, Fabio Golpe, Ayelén Brola, Alejandro Villalba, Emmanuel Gardiner, Lucía Marshall y Luciano Robba.
Guión: Gabriel Virtuoso.
Dirección: Gabriel Virtuoso.
Teatro: Tadrón (Niceto Vega 4802) Tel.             4777-7976      
Funciones: Viernes 21hs.